10/5/11

EN BUSCA DE FOTOS NUNCA SACADAS DEL CAJÓN...(I)

El amor según Eduardo Galeano
En la selva amazónica, la primera mujer y el primer hombre se miraron con curiosidad. 
Era raro lo que tenían entre las piernas.

- Te han cortado?- preguntó el hombre.
- No-dijo ella-. Siempre he sido asi.  


Él la examinó de cerca. se rascó la cabeza. Allí había una llaga abierta. 

Dijo:
- No comas yuca, ni plátanos, ni ninguna fruta que se raje al madurar. Yo te curaré. Échate en la hamaca y descansa.
 

Ella obedeció. Con paciencia tragó los menjunjes de hierbas y se dejó aplicar las pomadas y los ungüentos. Tenía que apretar los dientes para no reirse cuando el le decía:
- No te preocupes.
 

El juego le gustaba, aunque ya empezaba a cansarse de vivir en ayunas y tendida en la hamaca. La memoria de las frutas le hacía agua la boca.
 

Una tarde, el hombre llegó corriendo a través de la floresta. 
Daba saltos de euforia y gritaba:
- Lo encontré! Lo encontré!
 

Acababa de ver al mono curando a la mona en la copa de un árbol.
- Es así -dijo el hombre aproximándose a la mujer.
 

Cuando terminó el largo abrazo, un aroma espeso de flores y frutas invadió el aire. 

De los cuerpos que yacían juntos, se desdprendían vapores y fulgores jamás vistos, y era tanta su hermosura que se morían de vergüenza los soles y los dioses.



a.b. (en Copataza, amazonía ecuatoriana)

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